domingo, 12 de julio de 2009

La riqueza está en el interior

Juan Carlos Rivera
ARMONIOSI CONCERTI

Noches en los Jardines del Real Alcázar. Componentes: Consuelo Navas, laúd soprano; Rosa Díaz, arpa doble; Juan Miguel Nieto, laúd tenor; Juan Carlos Rivera, tiorba. Director: Juan Carlos Rivera. Programa: Le Secret des Muses (un paseo por la danza instrumental de principios del siglo XVII): obras de Praetorius, Ballard, Schein, Vallet y Zanetti. Lugar: Jardines del Alcázar. Fecha: Viernes 10 de julio. Aforo: Lleno.

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LA RIQUEZA ESTÁ EN EL INTERIOR

Hace ahora justo un año que un desgraciado accidente en este mismo escenario ocasionó a Juan Carlos Rivera unas lesiones que lo han mantenido apartado del normal desenvolvimiento de su carrera artística durante más de 10 meses. La vuelta al lugar del crimen resultó por ello emotiva, pero además fue original y muy lucida. El grupo se presentaba en una formación inédita, pues al trío habitual se sumó la joven arpista sevillana Rosa Díaz Cotán, miembro de la Orquesta Joven de Andalucía, que parece haberse iniciado en el mundo de los instrumentos de época, una estupenda noticia para los conjuntos de la región, pues siendo el arpa uno de los instrumentos más usados en la España de los siglos XVI y XVII, su presencia entre nosotros es hoy apenas testimonial.

Armoniosi Concerti preparó un programa en torno a las colecciones de danzas de ese período crucial de transición entre Renacimiento y Barroco y lo presentó como si de un recital polifónico se tratara, con cuatro voces ordenadas por tesituras, del laúd soprano de Consuelo Navas a la tiorba del director. Llamaron la atención los cuartetos, escritos originalmente para cuatro laúdes por Nicolas Vallet, que los incluyó en su colección El Secreto de las Musas. A su lado, obras de otro laudista como Robert Ballard, mientras que las famosas colecciones de Praetorius (Terpsichore) y Schein (Banchetto Musicale) suelen ofrecerse en interpretaciones de gran exuberancia tímbrica, con empleo de vientos, percusiones y cuerdas frotadas, lo que contrastó vivamente con la visión esencialista que ofreció el grupo de Rivera.

La amplificación perjudica irremediablemente una interpretación de estas características, que se apoya en los matices más pequeños de colores y dinámicas, pese a lo cual el concierto se fue en un vuelo. Con la exquisitez y el refinamiento en el fraseo y la sutileza en la ornamentación que es norma de todos los trabajos de Rivera, las piezas se sucedieron con fluida y serena gracilidad, como una invitación a penetrar la aparente sobriedad de la superficie: la riqueza de los matices iluminaba con finura poética el interior.

[Publicado en Diario de Sevilla el domingo 12 de julio de 2009]

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué le pasó a Rivera?

Saludos

Pablo J. Vayón dijo...

La historia se contó en su momento: una caída por las escaleras de acceso al escenario le causó una muy fea fractura en una pierna...

Anónimo dijo...

Gracias por volverlo a contar, no tenía noticia. Me alegra que este magnífico músico se encuentre mejor.

Saludos

Mario Guada dijo...

Hola:

Me alegro muchísimo de la recuperación definitiva de Rivera, que es uno de los mejores músicos que tenemos en nuestro país.
Sus conceptos musicales son siempre disfrutables.

Por cierto, todavía no entiendo como hay gente que no se niega a tocar con amplificación. En este país nunca aprenderemos.

Un mvsical saludo.